Me incluyo entre los pesimistas que no cree en la suficiente toma de conciencia por parte de la inmensa mayoría de la sociedad civilizada de que el planeta está ya muy enfermo.
Por mucho que airemos la gravedad de la situación nada conseguiremos ante el poder económico y empresarial.
No es que no fuera posible pues por inteligencia y tecnología el civilizado podría revertir la situación. Tendríamos suficientes recursos técnicos, políticos y jurídicos para obligar a la sociedad a cambiar sus hábitos de hiperconsumo e incluso reducir la población.
El problema por el que me muestro tan pesimista es la soberbia que caracteriza al "civilizado". Una soberbia aun más poderosa que su ya portentosa inteligencia. Muy pocos estarían dispuestos a renunciar a una serie de comodidades prescindibles solo porque unos "chalados" científicos digan que nos estamos cargando el planeta.
No seamos hipócritas: sea inevitable o no, no hay nadie que sepa que es lo que hay que hacer para evitar el apocalipsis, ni tan siquiera si se puede evitar.
La torre de Babel se quedó sin terminar, todos los imperios que hubo en el mundo llegaron a su fin, ya antes hubo cambios climáticos drásticos en nuestro planeta, no es la primera vez que hay cambio climático, y el mundo sigue, la única constante es el cambio pero las personas nos resistimos a cambiar nuestro estilo de vida, queremos seguir con nuestros iphones, neveras, congeladores, ir a comprar el pan en coche a Carrefour o coger un avion para ir de fin de semana a Ibiza, y renunciar a eso o obligar al mundo desarrollado y a parte del subdesarrollado a que renuncie a eso u obligar a que renuncie es tarea casi imposible.
Desgraciadamente, la única manera de adoptar y ejecutar las medidas tan impopulares que serían necesarias para salvar el mundo o retrasar el apocalipsis requerirían el surgimiento e implantacion de un régimen ecofascista a nivel mundial, sería la única posibilidad de salvar el mundo, así de triste pero así de cierto y real
Estamos llegando a un punto de no retorno y la gran mayoria de la ciudadania no es consciente de ello y de todas formas la solucion no pasa solo pòr 'concienciar' a la ciudadania pues la situacion es de emergencia y no tenemos tiempo para concienciar a todo el mundo de lo que se nos viene encima. Es necesario, imprescindible, adoptar medidas urgentes, taxativas e impopulares que la ciudadania en general no quiere aceptar por muy concienzados que algunos digan estar.
La solucion por tanto no consiste en 'concienciar' a la ciudadania sino en adoptar medidas concretas, es decir, medidas políticas, aunque sean impopulares. No quiero ser pesimista ni quiero llegar al extremo que llegó el New Yorker hace unos días en un polémico artículo titulado '¿Qué tal si dejamos de fingir?' que venía a decir más o menos que 'se acerca el apocalipsis climático. Para estar preparados, tenemos que admitir que no podemos evitarlo' y que, por tanto, no vale la pena plantearse cómo sortearlo porque es inevitable.
No sé si el apocalipsis es inevitable o no, y no creo que nadie lo sepa con absoluta certeza, así que por si acaso, lo que conviene a todos, y no solo en España, es adoptar medidas para evitarlo o al menos retrasarlo lo máximo posible.