Yo sí que soy de Valencia y pienso de otra manera, no seamos autoritarios. En proyectos como el de de Benimaclet, el Ayto se está apoyando en unos pocos vecinos, que montan una plataforma, dos manifestaciones y ya les den la razón. Es uno delos ejemplos de una zona que leva años siendo un basurero lleno de huertos urbanos que no son más que parcelas llenas de hierba...y ya se piensan que son agricultores. Obviamente sería un avance regenerar y modernizar la zona, además de que si se quieren zonas verdes la solucion es construir en altura, Por cierto, otra sinrazón que están argumentando para torpedear el proyecto, que son demasiado altos los edificios!!
El problema fundamental con las huertas protegida, es que al ser eliminadas, liberarían mucho suelo urbanizable y en expansión que no había, sobre todo en el Sur de la Ciudad, donde FERROVIAL es la dueña y señora a la que sólo le interesa vender docenas de miles de pisos (de hecho ya dio el pase a muchas promociones y algunos edificios se están acabando).
FERROVIAL es al capo supremo en Valencia y la mayor parte de Cataluña, y este NO es el primer PAI que se viene abajo, ni será el único. Y no es porque el ayuntamiento sea ecologista, o le gusten las chufas. El ayuntamiento no pinta NADA porque los permisos y la administración de la ciudad de Valencia la ejecutan DIRECTAMENTE los empleados de Rafael Del Pino Calvo, Alcalde único de Valencia desde hace décadas. Aquí el problema es que NO HAY PAN PARA TANTO CHORIZO. Es decir: Por más que destroces y dejes caer en la miseria barrios de Valencia, no puedes vender lo que se está haciendo.
Están reventando Valencia, con una demagogia barata de acusar siempre al empresario y al promotor de todos los males, mientras ellos instalados en sus pagas, poniendo palos a cualquier iniciativa que no venga de sus cuatro amigos. Pero lo peor es que la zona en cuestion es un desastre, una zona donde la ciudad ha quedado mal articulada, sin infraestructuras, sin zonas verdes, y rodeado de huertas improductivas que son solares llenos de inmundicia.
Esa idealización de la huerta como la prístina "vuelta a los orígenes", es del todo absurda. Ninguno de los vecinos de aquel barrio calzan alpargatas, y su sustento ,por suerte,no depende de la inmundicia que puebla esas huertas. Pero lo que más irrita es la falta de alternativa creíble más allá de propuestas absurdas extraídas de plataformas asamblearias. El peor alcalde que ha sufrido Valencia en su historia. Pobre mi Valencia
Aqui no hay que olvidar quién es este Ribço. Un tío millonario comunista de Barcelona, puesto ahí por el independentismo catalán para tratar de hundir Valencia todo lo que pueda. No ha hecho ni dicho ni dejado hacer nada para que Valencia mejore. Ha tratado de parar la ampliación del puerto 1000 veces, siempre a favor de que la inversión fuera a Barcelona.
Promueve la ocupación ilegal y el tráfico de drogas en todos los barrios. Prohíbe el acceso de coches al centro para acabar con la hostelería y el comercio. Ellos quieren que tú vayas en alpargatas y ellos en mercedes. Las tontadas que dice sobre crear huertos urbanos por el centro es una ridiculez más, al estilo Carmena.
El culplable de estas desgracias no es otro que el PSOE, vendido al nacionalismo pancatalanista gracias a dos concejales. Qué poco conocen a los valencianos si creen que quieren parecerse a los catalanes...
Caso metrovacesa: ¿valencia tierra hostil para los promotores?
Apenas hace unos días, Joan RIbó comunicó a los responsables de las obras concedidas a Metrovacesa que ya no le gustaba al gobierno el proyecto en el que llevaban trbajando durante 2 años siguiendo las putas exijidas por el área de Urbanismo del ayuntamiento. tras las luchas de egos del PSPV-PSOE RIbó consiguió aglutinar poder en el área revisionista de edificabilidad, renunciando a una política de moderada corrección del anterior responsable del PSOE, Sarría, quien se quedó fuera de las listas.
La política subnacional jugando con el respeto al compromiso de proyectos urbanísticos que han sobrevivido a gobiernos de ideologías diferentes, siempre respetando las demandas y adecuando su pruyecto a ellas. La inseguridad jurídica que ofrece la izquierda, en todas sus versiones nacionalistas, claramente es terrible para una política pública de inversión seria.