Investigadores del MIT acaban de sorprender con un hallazgo que pone en duda que el deshielo de los círculos polares árticos contribuirá a un aumento de Co2 en la atmósfera, agravando así el cambio climático.
Tras un recientemente terminado estudio, los resultados son bastante lógicos: de la misma manera que la capa de hielo aísla el CO2 de penetrar en el medio marino también impide que la luz llegue al océano, mermando así la fuente imprescindible del medio para la realización de la fotosíntesis y, por tanto, de la conversión del CO2 en oxígeno.
De esta forma, el efecto positivo y negativo del deshielo para el CO2, se compensan. El problema, ese sí, es que la capa de hielo no sólo evita la penetración de CO2 sino también la absorción de radiación solar, lo cual, simplemente, acelera el cambio climático gravemente.
Interesante y aparentemente sencilla conclusión: un techo evita que llueva, pero también que el sol pase. Ante la apabullante sencillez del argumento, parece sólo natural preguntarse ¿cómo c***** eso no era obvio para los científicos? Es interesante la tempística de la afloración de novedades científicas, tenga o no que ver con algo más que su dimensión temporal.