El Estado autonómico es un monstruo dilapidador de recursos públicos y eso es una obviedad que lo sabe todo el mundo y los responsables de los partidos políticos lo saben a ciencia cierta, mejor que nadie. Este engendro administrativo de 17 cabezas convertidas a día de hoy en miniestaditos que buscan esencias patrias donde sólo hay folklore supone un coste político-administrativo de más de 24.000 millones tan sólo en duplicidades Estado-Autonomías. El problema es que no interesa hablar de ello porque TODOS los partidos maman de esta mamandurria pública parasitaria, y por eso NINGUNO quiere reformar la administración político-territorial de España. Más claro, el agua.