Sospechosas desde el primer momento, con baja participación y sin que el partido de la oposición se presentara por considerar que los comicios no contaban con garantías judiciales, Maduro ha visto una vez más cómo su partido, el Gran Polo Patriótico, se ha proclamado victorioso. Esta vez, en unas elecciones legislativas. Se perpetúa una dictadura procedimental, un falso Estado de Derecho, organizado alrededor de un líder autoritario. Pasan los años, y el pobre pueblo venezolano sigue padeciendo…
La oposición sí se ha presentado, como demuestran los resultados electorales que indican que en conjunto han sacado el 27%. Incluso se ha presentado el partido de Guaidó, con lo que cabe preguntarse si alguien, en Venezuela, le apoya. Mucha abstención, sí, pero eso no invalida nada como lo demuestra las elecciones en EEUU, donde usualmente ( las ultimas han sido una excepción), la participación se sitúa en el 40%. Puede que las expectativas de un triunfo seguro por parte de Maduro, haya desmovilizado al electorado. Borrel es un sinvergüenza y la actitud de la UE una villanía apoyada en mentiras.
La realidad es que no ha sido una victoria, sino una tremenda derrota, esperada y humillante. Han ganado unas votaciones amañadas, trucadas y forzadas, sí, pero los resultados dicen que tan solo un 17% de los venezolanos han apoyado al chavismo. Con ese resultado lo único que le queda a Maduro es irse a "descansar" a algún paraíso de los que acogen a dictadores como él, y dejar en paz al pueblo venezolano de una vez. Que les va a costar muchísimo salir del marasmo en el que les ha dejado.
La UE y el ministerio de colonias yanqui (la OEA) han decidido no reconocer los resultados de unas elecciones legislativas a las que ha concurrido el partido de Guaidó y Leopoldo Lopez (Voluntad Popular), cuestionando la soberanía del pueblo venezolano, con denuncias de farsa y fraude. Farsa y fraude es lo que se viene haciendo en las naciones con sistemas políticos liberales donde los partidos de la oligarquía (conservadores, liberales y socialdemócratas) se turnan en el poder al servicio del 5% del censo electoral, sin ningún vínculo programático con el pueblo soberano ni responsabilidad penal, lo que les permite defraudar y traicionar de forma sistemática a las mayorías humildes.
Humillante ha sido la derrota de la coalición en que ha concurrido el partido de Juan Guaidó y Leopoldo López (Voluntad Popular), que ha obtenido sólo el 4,19 de los sufragios. Imaginemos por un instante que dicha coalición hubiera ganado los comicios, reproduciendo una situación parecida a la de 2015, en que la oposición ganó y el CNE lo reconoció abiertamente. Ni que decir tiene que lo estarían celebrando y anunciando un nuevo frentismo contra el chavismo, que fue para lo único que sirvieron los votos del pueblo, al que engañaron vilmente con falsas promesas.
¿Va a llegar en algún momento un diálogo tanto nacional como internacional (porque parte del problema de Venezuela procede también de fortísimas presiones internacionales) para resolver los graves problemas? Es que, ni siquiera se ponen de acuerdo Capriles con Guaidó, por el apoyo de Estados Unidos, algo que muchos en la oposición tampoco aprueban... Lo peor es no ver salida y que la salida para muchos venezolanos sea directamente la emigración.
ONU 198 países. 165 Reconocen a Guaidó y no reconocen las nuevas elecciones, mientras que 33 países donde se encuentran, entre otros, las dictaduras comunistas de Rusia, China, Nicaragua y Corea del Norte, reconocen al dictador maduro como Jefe de Gobierno de la dictadura. Mientras tanto el dólar se cambia a más de 1.00.000,00 Bolívares (Sueldo medio venezolano 50000,00 bss). ¡ Que viva el comunismo !