Directores de Instituto, personal de servicio, profesores y asociaciones de padres de familia claman al cielo contra la insensatez de vovler a abrir las aulas en pleno rebrote. Un director de instituto de Murcia lo resume así: “En Murcia no podemos tener reuniones de más de 15 personas pero se planea la vuelta a clase de 35 alumnos en 50 metros cuadrados”
El profesorado ha hablado claro: las administraciones están planificando la reapertura de los centros educativos sin las medidas de seguridad mínimas exigibles y los docentes parecen que no se conformarán con lo hasta ahora propuesto. Los tambores de huelga se empiezan a escuchar en la lejanía.
Además, los directores tendrán que nombrar un responsable que establezca y haga respetar un protocolo sanitario en los centros y estar siempre alerta de posibles síntomas que los alumnos puedan ir desarrollando.
En Galicia, Aragón y Andalucía, protestas de sindicatos y centros educativos ya están realizándose. ¿Se extenderán al resto de España?
En los colegios públicos no hay planificación de ningún tipo. En la Universidad pública tampoco. No saben cómo afrontar la vuelta a las aulas! Por ejemplo, carreras como Arquitectura con cerca de 4000 estudiantes tiene un horario ininterrumpido desde las 8.30h hasta las 21.30h en Murcia. Ya muy masificado con relación al espacio útil existente. La programación horaria y el número de alumnos por grupo no ha variado a pasar del Covid.
En los colegios públicos de comunidades como Andalucía siguen apurando las ratios por encima de la normativa. Ya llevan rogramados desde el mes de junio grupos de 28 niños y niñas para primaria. Ni con la situación de la COVID la Planificación Educativa cambia su proceder habitual...Además hay todavía mucho mobiliario obsoleto de cuando había ordenadores con cables, con mesas de dos asientos que no se pueden separar. Abundan las aulas que incumplen las medidas mínimas y hay muchos colegios donde no se puede desdoblar ni un solo grupo porque están todas y cada una de las aulas ocupadas.
Los recortes de tantos años en recursos humanos e infraestructuras se hacen tristemente visibles en estas circunstancias. Estos días pensaba que una parte del dinero que vendrá de la Unión Europea deberia invertirse en reparar y renovar las infraestructuras educativas. Nuestra infancia y juventud, y profesorado, se merecen unas instalaciones dignas.
En Madrid no sólo no va a haber más profesores por centro sino que se han seguido recortando profesionales sobre todo aquellos que se dedican a alumnados con necesidades especiales, desdobles, etc. y no se reponen ni las jubilaciones; ello implica, consecuentemente, un nuevo aumento de las ratios por aula que, evidentemente, no puede cumplir el mandato legal vigente de asegurar distancias de 1,5 metros entre los presentes en ellas para conseguirlo, un aula con sólo 15 alumnos y un profesor debería tener unos 35 metros cuadrados (unos 7,00 x 5,00 m), un tamaño que, evidentemente, no cumple la inmensa mayoría de las aulas de los colegios o institutos madrileños.
Al Consejero de Educación le ha bastado con dar órdenes por escrito y sin tener competencias para ello: pues se las arroga sobre Salud Pública que obligan a equipos directivos y a docentes de los centros a convertirse en «policías sanitarios» sin dar a cambio, ni un solo céntimo más en recursos ni, por supuesto, un profesional más ni docente ni de servicios.
Grandes males, grandes remedios. Ante la gravedad de la situación, autoridad sanitaria unificada provisional y una vez controlada con seguridad la pandemia se devuelven las competencias a las comunidades autónomas. No es tolerable que, como ocurre ahora, cada una vaya a su aire. En las serias circunstancias actuales la salubridad pública es prioritaria. Está muy por encima de la ignorancia demostrada por unos dirigentes más interesados en los réditos político-electorales que en solventar la amenaza inminente de rebrotes incontrolados.
Pues que dimitan todos los equipos directivos al completo y ya verás cómo hay un colapso del sistema. A ver cuántos tienen las agallas de amenazar con dejar el Sector Público ante la falta de protección...Ay perdón, que cada director y directora responde al perfil de sumiso siervo de la administración educativa y han sido puestos por su capacidad de obediencia y aceptación de las ordenes de la administración. No habréis visto jamás a un director o directora hacer una huelga ni rebelarse de modo serio contra la administración porque ellos mismos son administración
Yo no creo que la solución pase por la recentralización.
En este caso concreto estoy más de acuerdo con una gestión del gobierno central, pero eso depende de quién lo lleve, no de que desde Madrid se vea todo mejor.
Cada comunidad autónoma tiene el gobierno que ha votado la mentecata de su ciudadanía.Y, como siempre, no nos quedará otra que aceptar el resultado de las fiestas democráticas.
Si hemos votado a gente que no apuesta por lo público, no podemos luego llevarnos las manos a la cabeza.
Recentralizar es muy negativo, no es operativo, ni eficaz. En el País Valenciano el gobierno de izquierdas creó en junio y julio un 'Forum Educativo' que recogía las diferentes organizaciones de la comunidad educativa (y se pusieron a trabajar concienzudamente sobre las necesidades, protocolos y medidas de seguridad y sanitarias que validaba la Conserjería de Sanidad.
Cada colegio e instituto informaba de sus problemas concretos -espacios, ratios...- y de las actuaciones que podrían realizarse ante un nuevo confinamiento. Por supuesto también se contemplaron las leyes sobre Seguridad, Riesgos y Sanidad en el trabajo, y se formó a profesores (los sindicatos tienen además sus especialistas). Y, sobre todo: a pesar de la crisis se ha aumentado en más de 200 millones el presupuesto, contratando casi 5000 profesores más.
Todo esto y múltiples medidas de seguridad se ha hecho sobre el terreno concreto y sus necesidades y no burocraticamente y con desconocimiento desde Madrid.
No hace falta recentralizar nada: que cada autonomía aguante el palo de gobierno que han votado.
Las señales que manda "la nueva normalidad" no son buenas. En "sectores estratégicos" como la Educación y la Sanidad, el sistema imperante, que antepone el negocio al bienestar de la ciudadanía, parece no estar dispuesto de "motu proprio" a soltar la presa. El Gobierno de coalición progresista debería utilizar TODOS los recursos legales del Estado para que los sociópatas al frente de algunos gobiernos autonómicos entren en razón: nos va la vida en ello.
Lo que pasa siempre. Los gestores deciden planes sin contar con quienes los tienen que implementar. No escuchan e insisten en su posición (en este caso que será seguro volver a clase), para luego desentenderse de lo que esté pasando en realidad en los centros... Si se está implementando o no, qué consecuencias tiene, etcétera. Con la pequeña diferencia de que esta vez, en vez de malo, puede ser realmente fatídico.
Veo quejas del profesorado gallego, con razón, pero también veo la mayoría absoluta de Feijoo. Y al final me cuesta mucho trabajo entenderlo. No pretendamos soluciones para la enseñanza pública de quienes la han ido destrozando desde hace ya muchos años.
Andalucía dice que va a contratar cuatro mil y pico maestros, pero que de momento no porque no hay presupuesto, será porque les parece mejor gastarlo en campañas institucionales. Nos parece un gran número, pero cuando ves el número de los colegios ves que tocan a casi uno por centro.
Sería bueno que doblaran las plantillas, pues no dejarían de ser ingresos para Hacienda y la SS y además se pondría en valor lo que realmente importa para que una sociedad prospere, la educación. Si eso no se cuida, no tendremos buenos profesionales en el resto.
En lo más crudo del confinamiento nos decían que todo iba a ser diferente, que habíamos aprendido la lección. Efectivamente, las cosas están cambiando...a peor. Que no nos engañen, familias y docentes estamos junt@s en esto. Asi, no comenzamos el curso.