Pisarello, ése sujeto que arrancó una bandera española- que, oye, si no eres español, queda feo- dijo ayer que el Caso Dina es un caso privado, cosa de las cloacas y Villarejo. Después de un año de mítines usando la amenaza como arma de campaña electoral. Las elecciones autonómicas están dejando entrever falta de aparato, de interés y de líderes en Podemos. Cayó el "regimen" socialista andaluz, con más bagaje y más años de dependencia y clientelismo, no va a caer up? Podemos no tiene tantas raíces ni tantos paniaguados. En las siguientes generales, bajará de 35 a 17-23
No se puede predicar contra los ricos de chalet y tú comportarte como uno de ellos, no se puede alentar a los ocupas mientras tu chalet está protegido por la guardia civil, que pagamos todos. No se puede estar a favor de la limitación de mandatos y al día siguiente decir lo contrario; no se puede estar a favor de los límites salariales cuando cobras, con tu pareja, trescientos mil euros al año. Señor P. Iglesias no sé si habrá leído "Rebelión en la granja" si todavía no lo ha hecho, hágalo, a ver si se ve usted reflejado.
A las elecciones generales se presenta Iglesias, que tiene otra imagen y más tirón. De acuerdo.Ahora bien, ¿da ese tirón para volver a sacar 35-40 escaños? Espero que no, y salvo sorpresa, va a ser que no.
Cuando haya elecciones (aunque algunos no quieran, apuesta que de aquí a 6-9 meses estamos otra vez votando), volverá a salir el lenguaje macarrita en sede oficial (Moncloa y Parlamento, no en la tertulia de la Sexta), la paguita bluff del ingreso mínimo vital, el 8-M, el "sola y borracha quiero llegar a casa" como slogan oficial de un ministerio, el "jo tía", el coronavirus, y demás colección...Mención aparte el cabreo que tienen algunos y el desengaño que se han llevado otros. Además, el poder desgasta, es difícil gestionarlo, y al margen de que me caiga bien o no, o de que comparta sus ideas o no, a Iglesias le ha venido grande el cargo. Muy grande.
Lo siento pero esa afirmación no es cierta, pues no se sustenta con los datos del pasado domingo, tanto en Galicia como en el País Vasco.
En Galicia Podemos perdió 220.195 votos; mientras que Feijoó (mas que el PP) ganó las elecciones, pero disminuyó en 51.494 votos respecto a las autòmicas del 2016. En la otra comunidad, en el País Vasco, Podemos perdió 85.575 votos y el PP, esta vez en coalición con Cs disminuyó en 68.949 votos. Si sumamos las dos autonomías en su conjunto, tenemos que Podemos ha perdido 305.770 votos, mientras que el PP se ha dejado 120.443 votos.
Si comparamos las perdidas en votos con el otro partido de Gobierno, el PSOE, el partido de Sànchez ha perdido mucho menos, 6.566 votos. Obviamente, las interpretaciones y fotos se pueden hacer de muchas maneras y ángulos diversos.
Qué curioso, allí donde creció Podemos bajo el PP, y ahora donde cae, vuelve a subir el PP. En la sociedad española hay sectores que ideológicamente están en una zona política, pero tienen sus intereses en otra, a veces, como es el caso, opuesta.
Frente al mayor poder que ha tenido nunca en Madrid, como socio del PSOE en el Gobierno central,Podemos se deshace por el resto de España, continuando la lenta caída en las urnas que sufre desde 2015. La esperanza es lo último que se pierde, dicen. El problema de la izquierda viene de la clásica conversión de los medios, en fines. Y eso está pasando con la seudo izquierda de nuevo cuño y sus delirios "patrióticos". Antes repartían carnet en función del resultado que les daba su izquierdómetro, y ahora ya hasta "hacen patria" con el pueblo. El clásico sentido patrimonial y privativo de la vida que tiene la izquierda, es lo que les ha condenado de verdad a ambos.
La izquierda reflexiona: psoe, up y su incapacidad de capitalizar poder político en apoyo electoral
Las luchas internas y las crisis territoriales habrían dado el golpe de gracia a una ya decadente capacidad de movilización política y de implantación territorial. Uno de los problemas de los partidos políticos basados en hiperliderazgos es que, la erosión continuada de la figura del líder, acaba repercutiendo directamente en el número de votos que se pierde. Otro de los problemas que tienen partidos cuya única ideología es la voluntad política de su líder es que no suelen pensar en los herederos que vendrán después que él, esos hipotéticos cuadros que deberían encontrar el espacio necesario para florecer y convertirse en alternativa continuista del líder. Pero la sombra de Pablo Iglesias no deja que crezca nada dentro de su partido. Lo sabe. Parece no importarle.
Por otro lado, tenemos un PSOE incapaz de absorber a los votantes de izquierdas que pierde Podemos en favor de los neonacionalistas gallegos y vascos, dejando una lectura terrible: cuando tus potenciales votantes buscan moderación en los líderes nacionalistas, es que algo has hehco terriblemente mal.