Un informe de la ONG Caminando Fronteras no solo documentó las tragedias provocadas por la política migratoria sino que deja muy claro que muchas muertes serían evitables si el derecho a la vida estuviera por encima del control migratorio.
Cuatro de las empresas más potentes de venta de armamento del norte de África y Oriente Medio son las que tienen las concesiones para el control de fronteras. Ellas provocan el movimiento de personas y luego cobran por frenarlas. Y esas políticas no se van a parar. En España está Indra, que presuntamente ha financiado ilegalmente al PP, ha gastado muchos millones de euros en hacer lobby en el Parlamento Europeo respecto a las políticas de control migratorio. Esto se ha convertido en un gran negocio europeo.
Una de las claves de estas políticas es externalizar a terceros países. La UE paga centros de detención en Libia, por ejemplo. Por su parte, Marruecos recibe presión de Europa para seguir controlando los movimientos de las personas migrantes, vulnerando Derechos Humanos, y por otro lado, se está abriendo al África subsahariana. Ha entrado de nuevo en la Unión Africana, ha iniciado procesos de regularización de inmigrantes subsaharianos, porque quiere que dar la imagen de respeto de Derechos Humanos respecto a África. Juega ese doble papel, pero sigue siendo el socio más sólido de control de migraciones respecto a Europa y el que mejor cara tiene cuando hablamos de vulneración de derechos Humanos aunque no sea cierto.
Resulta muy dificil diferenciar a algunas ONGs de las mafias de la inmigración. All fin y al cabo tienen el mismo target, solo varian sus metodos para extraer los beneficios.
Por lo visto, algunas personas de bien están convencidas de que Europa puede acoger a 200 millones de inmigrantes en los próximos 5 ó 6 años y que España puede soportar a unos 15 ó 20 millones de ellos, que ancha es Castilla y está muy despoblada.