En plena pandemia, la dependencia de los servicios de computación, información y comunicación se ha visto mucho más esencial de lo que antes suponíamos. Siempre me ha parecido un error histórico fundamental no haber considerado "los datos"- producidos por cada persona en su trato con la red- como el nuevo petróleo, una nueva fuente soberana de recursos. Pienso en Mitterrand y me lo imagino nacionalizando la gestión de los datos de sus ciudadanos, pudiendo tratar con las empresas de tú a tú, estableciendo las reglas para explotar la actividad digital de una sociedad nacional en términos más justos y contributivos.
Hoy, la UE anuncia un avance en ese camino: crear su propia nube para poder gestionar los datos que los ciudadanos europeos guardan allí, desplazando a Amazon y Google como grandes gestores de la información de nuestros conciudadanos. Será el principio de la desoligarquización de los gigantes de la red?
Este es un tema importantísimo para poder ganar en autonomíá ante amenazas como las que gusta enviar últimamente la administración norteamericana, aunque la cuestión no es tan sencilla. Amazon o Google no sólo poseen un montón de datacenters para administrar los datos sino ecosistemas universales que permiten manejar la enorme complejidad que supone gestionar esta información y en los que han invertido miles de millones de dólares
Tratar competir con las tecnológicas americanas desde un despacho de Bruselas, por mucho que empresas como SAP estén ahí, es necesario, pero de dudoso éxitol
No creo que seamos conscientes de la dimensión de la inversión y el tiempo que conlleva hacer algo de ese tipo. Piensa en Microsofot y en la cantidad de servicios y microservicios que mueve Google : Los mapas más utilizados del mundo, sus sistemas de bases de datos , Google Earth, y cientos de complementos más trabajando en monitorear y mejorar el servicio, sin olvidar el papel de la IA en la asistencia que presta a las empresas por medio de su nube.
La única respuesta la dará el mercado, con al aparición de nuevos gigantes a mitad de siglo que desplazarán a los actuales. Hay que pensar en que los titanes de hoy no entraron en el juego para competir contra los grandes de entonces. Entraron para cambiar sus reglas y aprendieron a crecer.
Como de costumbre, la UE llega tarde y mal. Su burocracia terminará por hacer inviable un proyecto de esas magnitudes