Al no haber conseguido ni un solo diputado en Lérida ni en Gerona y tan solo ocho diputados entre Barcelona y Tarragona, Catalunya en Comú pierde fuerza y ya no será clave para formar gobierno, puesto que además los independentista ya no necesitan sus votos para nada.
La verdad es que ni Xavier Domenech ni Catalunya en Comú está para muchas celebraciones, pero su caída no fue tan pronunciada como la de Albiol-PP, que fue en picado. Y además, Domenech no tuvo una reacción tan pueril como la de Albiol, echándole la culpa a otros, sino que reconoció la situación y que los resultados del 21-D deberían servir para "llevar a una reflexión" por parte de las fuerzas progresistas y de izquierdas.
La bajada de votos de los podemitas es el resultado de esa política de bandazos, apoyando primero a los secesionistas y después 'atacándolos' y todo con una enorme ambiguedad. Y les falta por pagar el mayor precio que van a tener que pagar, que es el de convertirse en un partido irrelevante en las proximas elecciones generales. Al tiempo.