Menuda diferencia: M. Macron y M. Sanchez. El primero buscando soluciones a la problemática situación provocada por algunos musulmanes extremistas y aquí nuestro presidente dando prebendas y privilegios a separatistas y terroristas.
Tengo debilidad por él (... Oh! ya oigo al tropel de quejumbrosos con eso de que las mujeres preferimos a los políticos que resultan físicamente atractivos; pues sí, es adorable a rabiar... pero ESO no es más que una parte insignificante de su interés: seriedad, determinación, inteligencia, planificación, modales y sentido del ridículo, todas ellas cualidades que no encontramos en la políticas española y si por un descuido brillan son rápidamente sepultadas. Analizándolo, creo que una parte importante de su atractivo se lo confiere el hecho demostrado de que siempre deseamos más aquello que sabemos que está totalmente fuera de nuestro alcance... y para qué nos vamos a engañar... aquí no vamos a pillar a un Macron en la vida…
Macron ha presentado más acciones: prohibe la educación a domicilio salvo casos excepcionales, poner fin a la formación de imanes en el extranjero y hacerlo en Francia, enseñanza del árabe en las escuelas, estudios islámicos en la universidad. En definitiva, es la creación de un islam de soberanía francesa bajo los principios de la república, admitiendo que el peso en la sociedad que esta religión tiene. Es un programa muy interesante, efectivamente.
Pues un poco de separatismo no vendría mal... Los ateos, agnósticos, cristianos, budistas y judíos nos quedamos en España, y los musulmanes se van a Arabia, que en La Meca les reciben con los brazos abiertos.
Macron es un pro-Soros, pero se está complicando el País. Va siendo hora que ese mensaje globalista que parece sacado de la campaña de "United Colors of Benetton", se muestre irrealizable, por algo nos puso Dios en distintos continentes!
En este país por decir eso lo llamarían facha. Aquí hay que dejar que los islámicos hagan lo que quieran, y que los independentistas y los que están trabajando duro para hundir el país económica y socialmente tengan campo abierto. “Luces anchas” que diría Marisu.
Anda, pero si hablamos de los amigos de los separatistas catalanes y de los podemitas. Suerte que los franceses se han dado cuenta, no se si a tiempo o no, pero aquí seguimos mirando el dedo y llamando racista a todo el que critica ciertas practicas y ciertos fieles, como las feministas que en cuanto ven una túnica se les olvida el feminismo...o si ven a una con hiyab dicen que es voluntario y casi hay que hacerle la ola…
Más vale tarde que nunca. Lo que se quiere desde hace unos años, es crear un Islam moderado que haga que los musulmanes franceses se conviertan a él. Pero Islam y moderado son términos bastante difíciles de unir. Tiene que haber políticas claras para debilitar al Islam en Europa y no fortalecerlo ni promoverlo. Por algo empezamos.
Hay una liga de las grandes naciones. Lleva unos siglos estable. Evidentemente España no pertenece a ella. Evidentemente Francia si. Llevan siglos construyendo nación , la de los franceses, acabando con los gregarismos identitarios. Son los valores republicanos. Ahora toca el islamismo, nada de cuentos comunitaristas. Unas leyes para todos.
En mi opinión, lo más importante que ha hecho Macron hoy ha sido anunciar una serie de medidas que figurarán en la ley, cuyo objetivo es "reforzar el laicismo y el respeto a los principios republicanos". Como la obligación de neutralidad para los empleados de empresas públicas, o como obligar a todas las asociaciones que soliciten subvenciones a que firmen antes unadeclaración de laicidad.
"Debemos liberar el islam enFrancia de sus influencias extranjeras. Debemos atacar el separatismo islámico porqueen ese islamismo radical hay una voluntad de contravenir las leyes de la Repúblicay de crear un orden paralelo, otra organización de la sociedad”. Con estas impecables palabras, Macron se ha dirigido a los ciudadanos de la república francesa para que, en unidad, rechacen sistémicamente al islamismo radical.
Un Islamismo al que el presidente se ha referido como “separatismo”, desligando las connotaciones geográficas de dichas posturas políticas y, englobando, cualquier movimiento político que tenga por objeto discutir la preeminencia del Estado.