Este incentivo ha existido desde hace décadas en la Ley del tributo, que permite la exención que siempre y cuando en el país de destino exista un impuesto similar al IRPF y que el servicio que preste el trabajador redunde en entidades no residentes. De esta manera la bonificación funciona como incentivo para que el trabajador acepte irse al extranjero durante un periodo ya que su sueldo neto aumenta, al no pagar IRPF, y a la empresa esto no le representa un mayor coste.