Según el Fondo Monetario Internacional, la pandemia está demostrando tener un efecto desproporcionadamente devastador sobre las mujeres trabajadoras, empleadas en su mayoría en sectores sociales e informales de las economías.
Según el Fondo, estos sectores, reacios y normalmente incompatibles a incorporarse a dinámicas de teletrabajo, ya han generado en países como EEUU que el desempleo femenino sea dos puntos porcentuales superior al masculino, siendo de un 3,3% superior en países como Colombia. Si no se activan políticas públicas que tengan por objeto atajar esta particular virulencia en el sector de las mujeres trabajadoras,es posible que los avances de los 30 últimos años en materia de igualdad en los países desarrollados hayan sido en vano. Ni imaginar los efectos que tendrá en países en vías de desarrollo…
Interesantísima nota la que aportas, MarinaGM. La verdad es que no me había parado a pensar el impacto agravado que la crisis económica derivada de la pandemia puede tener sobre las mujeres trabajadoras. Muchas sacan su familia adelante solas y, desde luego, no tienen ni tiempo ni posibilidad de “reciclarse” estudiando o especializándose para salir reforzadas de esta crisis. Al contrario.
La lucha por las mujeres está lejos de alcanzar los objetivos legítimos y necesarios que se proponen. Como con cualquier derecho fundamental, no se puede bajar la guardia ni un segundo porque suelen ser en momentos como éste cuando se aprovecha para desatender las reclamaciones sociales más importantes. No hay más que ver las protestas de miles de mujeres en Turquía, que han tenido que manifestarse en plena pandemia para evitar que su Gobierno abandone el Convenio de Estambul contra la violencia machista, uno de los pocos instrumentos de protección internacional de los que gozan.
Todos juntos, especialmente los hombres, debemos tomar partido por una defensa activa de los derechos de la mujer: es una responsabilidad histórica que debemos asumir como propia. Por nuestras madres, hermanas, hijas y todas las mujeres que han sufrido las coacciones de la violencia patriarcal en sus propias carnes.