La ausencia de complejos. Con tal de buscar notoriedad huyen del consenso, son sectarios y siempre traza rayas para separar. Mienten y engañan a los incautos. No queda más remedio que aislarles con sus propias limitaciones y dejarlos atrás sin dejar de buscar quién los financia, porque sus cúpulas sólo se mueven por dinero.
La democracia y los derechos humanos formaron parte de la esencia de la Unión Europea (antes CEE) desde su fundación. Por ese motivo no dejaron entrar a la España de Franco, por ejemplo. Para no perder su esencia, la UE no puede permitirse ser un coladero donde campen a sus anchas gobiernos de extrema derecha que están acabando con los derechos humanos y la democracia en sus propios países. Eso es tener a los gusanos dentro. El mensaje a la extrema derecha debe ser claro y contundente. Cualquier país que no cumpla con esos mínimos básicos debe ser expulsado de la UE. Ya están tardando.
Este enroque entre Polonia y Hungría no va a ser más que una piedra en el zapato. Claramente están aprovechando el estado de necesidad generalizado para poder mantener su línea ideológica lo menos manchada posible por los principios de la UE. No sé si lo sabéis, pero el eurodiputado al que pilaron en la orgía de Bruselas, no sólo es del partido de Orbán - primer ministro húngaro- sino que ayudó a redactar el artículo de a constitución húngara que reserva el matrimonio como forma de alianza a un hombre y una mujer. El problema es que en la orgía le pillaron junto a 25 hombres más…Claramente no estaba ahí por una boda.
Ultimátum de la ue a polonia y hungría para levantar el veto a los fondos de recuperación
La urgente necesidad de contar con los fondos de recuperación está haciendo que chantajes como el de Hungría y Polonia, se tengan que resolver lo antes posible si se quiere que los fondos de la UE destinados a la recuperación de las sociedades azotadas por el Covid lleguen a sus ciudadanos. Los dos países de Europa del Este, que son receptores netos de fondos de la UE que han ayudado a transformar sus economías desde su entrada en la UE, podrían perder 180.000 millones de euros entre el presupuesto plurianual y el fondo de ayuda.